Los peligros de la Historia

La Historia es una arma.
Así, como se lee.
El problema de esta maravillosa ciencia que nos ayuda a entendernos, a comprender nuestra realidad y la sociedad que nos rodea, es que es un arma... y de doble filo.
Habréis escuchado usar la Historia para justificar que "los moros" son malos y cuánto daño hicieron en España. Habréis escuchado usar la Historia para todo lo contrario. Para ensalzar a una nación, para humillar a esa misma nación (puede que incluso en boca de la misma persona).
Es el demonio, y la delicia, de las ciencias sociales: dependen del ser humano, y este no puede reflejarse en una fórmula matemática ni en una estadística.
Los peligros pueden ser cercanos en el tiempo: nazismo, apartheid, fascismo, genocidios...
O pueden venir del pasado más remoto: la Prehistoria.
Como sabéis, no somos muy dados a ir tan atrás en el tiempo. En parte, por nuestro propio bagaje cultural. En parte, porque la prehistoria limita mucho por razones evidentes: la falta de fuentes (fuera de la arqueología). Pese a todo, alguna incursión hemos realizado: Entradas sobre Prehistoria.

Ahora bien, queremos lanzar un par de ideas para ejemplificar los peligros a los que se ve expuesta esta hermosa ciencia en manos de incompetentes y malintencionados.

Hace unos 70.000 años el Homo sapiens sale de África y expulsa al resto de especies humanas de todos los lugares por los que pasaron. Hasta borrarlos de la faz de la Tierra.
Cayeron los neandertales, los soloensis, los floresiensis y los denisovanos.
Es un hecho que estamos solos, no tenemos hermanos ni primos cercanos. La familia lejana, los chimpancés y esos animalejos, nos pillan tan de refilón que apenas nos juntamos en algunas cenas de Navidad (en zoos, claro).
Pero... ¿es un todo esto un hecho? ¿Seguro que es un hecho?
Lo que hemos reflejado es la conocida como "teoría de la sustitución". Los diferentes humanos, ya fueran sapiens, neandertales o floresiensis pudieron tener contacto, pudieron tener relaciones, pero no podían procrear hijos fértiles. Como las yeguas y los asnos, que tienen mulas.
La presión demográfica sapiens, sus mejores habilidades y sus capacidades para una mejor comunicación llevarían a la desaparición del resto de especies humanas. Violencia entre especies incluida, por supuesto.
Por tanto, todos nosotros, cada ser humano del planeta, sería un "sapiens puro" que se remontaría a unos 70.000 años en el pasado.
Sin embargo, hay otras ideas como la "teoría del entrecruzamiento", que habla de una fusión de neandertales y sapiens, lo que llevaría a señalar que la población euroasiática actual no sería sapiens pura. En Asia oriental, por su parte, los sapiens se mezclaron con el sustrato erectus local, quedando chinos y coreanos como una mezcla de ambos.
Es posible que el equipaje genético no se modificase en África (subsahariana mayormente) y que allí sí hubiese mayor "pureza sapiens".

Bueno, ya veis por dónde vamos, ¿no?
Pues bien, a inicios de la segunda década del siglo XXI saltó la liebre. 
  • "El ADN de los neandertales revela que las cuatro especies humanas se aparearon hace 50.000 años", en elmundo.
  • "El genoma del hombre moderno confirma su cruce con los neandertales hace 50.000 años", en RTVE. es.
  • "Oldest-known human genome sequenced", en Nature.
  • El artículo completo ("The complete genome sequence of a Neanderthal from the Altai Mountains"), en Nature.

Se divulgó un estudio del genoma neandertal: entre el 1 y el 4% del ADN de poblaciones actuales europeas y de Oriente Próximo es de neandertal. Meses más tarde llegó el mapa denisovano: hasta el 6% del ADN de melanesios y aborígenes australianos es denisovano.
Pese a todo, esto no implica que los partidarios de la teoría de la sustitución estén completamente equivocados, pues neandertales y denisovanos contribuyeron mucho menos a nuestro genoma, con lo que no habría una fusión de especies y primaría el sapiens.
"El mestizaje es comunismo", reza la pancarta
Pero los inconscientes no necesitan mucha leña para avivar el fuego, y las personas tienden a abrazar aquellos ideales que se muestran fuertes, sea por la razón que sea. Si no ya nos contaréis a cuento de qué el Frente Nacional en Francia.
Las diferencias genéticas entre africanos, europeos y asiáticos, el poder decir con la ciencia en la mano "No somos iguales", como señala el doctor Harari, es "dinamita política, que podría proporcionar material para teorías raciales explosivas".
Y esto, ni es nuevo, ni parece que vaya a acabar. Durante la llamada época colonial las justificaciones a las barbaridades cometidas por los occidentales en territorios extranjeros tomaban muchos caminos, uno de ellos el racial. Personalidades como Kipling, Dilke, Leroy-Beaulieu, Disraeli o Chamberlain alegaban motivos raciales a la hora de lidiar con temas colonialistas. Y luego, Hitler, claro.
Las cuestiones raciales son un tema peliagudo que explota en el siglo XIX y clava sus garras en el XX con cuestiones como el antisemitismo. En fin, como ya hemos dicho: ya veis por dónde vamos.
Usemos la Historia para reconocer nuestras semejanzas, no nuestras diferencias, como el pegamento de la Humanidad, no como arma.

REFERENCIAS
  • Yuval Noah Harari, Sapiens. De animales a dioses. Breve historia de la humanidad, ed. Debate, 2014.
  • VV.AA., "The complete genome sequence of a Neanderthal from the Altai Mountains", en Nature.

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