Cuando ríen las hienas

Diversos estudios sugieren que la famosa risa de las hienas es un medio para transmitir el estatus social de cada individuo dentro del grupo.
En política, debemos recurrir a House of Cards para saber cómo establecer el estatus de cada político:
"El poder se parece mucho a la inmobiliaria. Es todo sobre ubicación, ubicación, ubicación. Mientas más cerca estés de la fuente, mayor será el valor de tu propiedad. Cuando la gente vea estas fotos siglos más tarde, ¿a quién verán sonriendo al borde del cuadro?".
Ubicación. En la serie, un brillante Kevin Spacey sonríe a cámara, a sólo unos metros del hombre que está siendo investido como Presidente de los Estados Unidos de América.
En España podemos atender otra ubicación para señalar el estatus de una persona dentro de un partido: las listas, esas bastardas sucesiones de nombres que se elaboran semanas antes de unas elecciones. No descubriremos América si señalamos que el número 1 por Madrid es más importante que el número 2 por Madrid, y ambos serán casi seguro más importantes que el número 1 por Murcia. Al mismo tiempo, el número 1 por Murcia bien puede sentirse superior al número 2 por esa misma región.
Es una cuestión de posición. La importancia viene dada por el número y la comunidad de la lista. No es lo mismo ser número 8 del PP por Madrid que por Barcelona. El segundo sudará la gota gorda y tirará de ansiolíticos durante un tiempo. El 6 y el 7 por Barcelona también llorarán por un ojo (y de cara a las elecciones de 2015 puede que el 5 medite largamente qué pasos le han llevado a ese lugar).
Al fin y al cabo, se están jugando la boca. No todos claro, siempre los hay ricos o con posibilidades de aterrizar -oh, casualidad- sobre una empresa eléctrica o similar. Pero, eh, también los hay que no tienen esas posibilidades, y no hay que olvidar que la cosa está jodida ahí fuera. Con tanto paro... Nunca se sabe. Lo mismo hay que buscarse las castañas en otra cosa, así que por ahora mejor será ver si es posible arañar un buen puesto en la lista. [No debemos olvidar tampoco que entre tanta hiena hay algunos lobos, auténticos depredadores del poder que, no nos engañemos, quieren escalar a toda costa para sentirse poderosos, dominantes... caiga quien caiga, pero ese es otro asunto]
Las críticas han llovido sobre Irene Lozano. Resulta que Pedro Sánchez le ha llamado para formar parte de su proyecto. Todo un fichaje de pre-temporada, vamos. Ella alega que ha “batallado en UPyD hasta el final”, pero seamos realistas: no es idiota. Más vale un número 4 por el PSOE madrileño que un número 2 por UPyD-Madrid. O un 1. Porque el PSOE se puede tambalear, sufrir pérdida de votos y todo lo que queramos, pero ahí va a seguir, pase lo que pase. 
Por otra parte, Herzog, flamante líder de UPyD, no ha tardado en decir todo lo decible de su ex-compañera. Lozano se ha ido porque ha perdido. Puede ser, pero seguro que el hundimiento de UPyD tiene algo que ver también. No obstante, estaría bien recordar a Herzog que su partido existe, básicamente, por un rebote parecido (sólo que en dirección contraria) de la perdedora Díez.
Los políticos corren a asegurarse una posición en las listas, y si no la encuentran cerca del sillón que calientan en ese momento, pues toca dar un salto hacia otro sillón. Como en el juego de las sillas.
El problema es que a veces la cosa se tuerce. Cuando hay 5 sillas y sólo cuatro personas jugando es fácil y divertido. Un juego agradable. Sin embargo, a veces aparecen dos tipos y joden el recuento. De repente nos encontramos que seguimos teniendo 5 sillas, pero que ahora hay 6 culos. Y no vale compartir.
Hasta entonces la sumisión estaba bien. Unas cuantas risas de hiena, y a ser colocado número X de la provincia Y. Mientras hubiera sitio... Pero claro, ahora no lo hay, y resulta que los nuevos culos están menos llenos de mierda que los viejos. O son más bonitos. Y todos preferimos acercarnos a cosas bonitas que a cosas feas, así que se producen los saltos más bestiales que hemos visto en los últimos años: "Ciudadanos tiene 400 concejales que proceden de otras formaciones, que son tránsfugas" (RTVE). El culo de Ciudadanos es muy bonito, por lo que parece, al menos para aquellos a los que no les apetecía reírse más dentro del PP y, sobre todo, UPyD.
Otro culo bonito... Podemos. Un buen nicho que amenazaba con explotar como una bomba dentro de los distintos parlamentos y llevarse un buen puñado de diputados. Es decir, un buen nicho para abrirse hueco en política. Mismo caso que Ciudadanos, otro lado del espectro político. Bien es cierto que no es tan sangrante como en el caso de su primo naranja, pero no podemos dejar de señalar la evidencia. Si bien, comparaciones mediante, azules, naranjas y rosas salen perdiendo en cuanto a movilizarse por interés propio aliñado con transfuguismo (siempre alegando el común de los intereses, por supuesto).
Ahora bien, ¿qué hienada tienen montada las izquierdas? (La semántica de la frase descarta automáticamente al PSOE). A nivel nacional el pastel es uno y a nivel regional y municipal es otro. En la ciudad de Murcia, por ejemplo, aparecieron dos compuestos extraños: Cambiemos Murcia y Ahora Murcia, para confusión del votante, que se preguntaba en su fuero interno: "¿Esta gente quiénes son?". Podemos no se presentaba por las ciudades, sino que lanzó su apoyo a ciertas iniciativas, e Izquierda Unida se desperezó de sus siglas para intentar mordisquear la galletita (siempre buscando el bien común a través de plataformas ciudadanas, claro). La confusión estaba servida. Se escuchó más de una vez la curiosa pregunta: "Si quiero votar a Podemos, ¿a quién voto?" Temida respuesta. Ambas agrupaciones consiguieron 3 representantes. No vamos a pasar aquí a valorar que a nivel regional Podemos consiguiese 6 e Izquierda Unida ninguno (nos pueden acusar de podemitas; pero, ¡eh!, ahí están los datos). Gafes del oficio.
La pelea en la ciudad de Murcia (suponemos que en otros sitios se daría la misma situación) fue por el sillón. Ni más, ni menos. Hubo un intento de confluencia, y cuando los simpatizantes de Podemos temieron que la maquinaria de votantes de IU sepultaría a sus candidatos, dieron marcha atrás. Y a dividir fuerzas, que lo que importa es poner tu jeta en la foto.
El PP hace trampa en todas estas disquisiciones (palabra muy de moda últimamente en boca de políticos... Ya escribiremos algo sobre las palabras fetiche de esta gente) porque actúa como un bloque. Oh, bueno, siempre hay trifulcas. Son personas. Perdón, hienas. E incluso las hienas que esperan en la sombra tienden a tirarse al cuello del superior para intentar escalar puestos. Tenemos a Quiroga en el PP vasco o las peleas entre ministros (Montoro-Margallo), que suelen ser muy divertidas hasta que mamá Soraya tira de las orejas. A nosotros lo que nos extraña es que hayan enviado a Alfonso Alonso (al que parece que el trabajo de Ministro de Sanidad le deja tiempo libre) a poner en orden allá en el norte. Lo normal habría sido enviar a la que se encarga de todos los marrones: Soraya, que se puede encargar de solventar cualquier crisis del Gobierno: el ébola, la justicia, el paro o la falta de votos: 


Pero seamos realistas, si el PP no fuera tan monolítico a Mariano lo habrían devorado las hienas como en su momento pasó con Rubalcaba. ¿A quién narices se le ocurriría presentar un candidato así a otras elecciones? A Rajoy, claro.

En fin, no os preocupéis. Podemos estar tranquilos: hay hienas para rato.
Porque claro, la hiena es un animal político.

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