Boris I, rey de Andorra

Andorra es un país muy próximo pero poco conocido para sus vecinos. Se trata de un estado independiente, pero sólo parcialmente, pues en realidad es un coprincipado parlamentario. Esto quiere decir que sus habitantes votan democráticamente a sus representantes parlamentarios, pero existe una jefatura de Estado compartida entre el presidente de la República Francesa y el obispo de Urgel. Pero un hubo un breve paréntesis en que esto no fue así, y Andorra se convirtió, durante apenas unos días en una monarquía.
Boris Skósyrev
Fuente: Mundo Gráfico. Biblioteca Nacional de España

Hemos visto cómo Andorra depende, muy parcialmente, de los estados francés y español, sin embargo, el pequeño país también le debe mucho a Rusia. Y es que existe cerca de Santa Coloma, una casa a la que llaman "la Casa de los Rusos" en referencia a dos personajes procedentes de aquel país: el primero de ellos, del que desconocemos su nombre, fue el primer introductor del cultivo de tabaco en Andorra, y el segundo, es Boris Skósyrev, personaje que nos ocupa hoy.

Boris era un noble ruso que hubo de huir de su país tras el estallido de la Revolución de 1917. Tras un periplo por distintos países de Europa y distintos oficios desempeñados, así como distintos títulos nobiliarios que él mismo se concedió, por cuestiones amorosas que no vienen al caso, llegó a Andorra.

El ruso, que al parecer no había terminado de asumir su nueva condición de persona de a pie, no soportaba estar al margen de la política, campo en el que planeaba llegar a lo más alto. Por lo que empezó a establecer contactos con distintas personalidades de la vida pública andorrana. Poco a poco se hizo cargo de sus exigencias y planteó una serie de medidas que pondría en marcha en caso de llegar al poder. En apenas unos meses se había convertido en un notable agitador en el país, y, pese al toque de atención que le dio el Consejo General, continuó trabajando de este modo hasta que la Justicia francesa decretó su expulsión.

La bandera de Andorra durante el reinado de Boris I
Boris fue acogido en la Seo de Urgel desde donde, lejos de cesar en su empeño, lo llevó aún más lejos, proclamándose rey de Andorra. Comenzó así una campaña de marketing que fue retransmitida por periódicos internacionales como The Times, buscó (y encontró) alianzas entre los legitimistas del sur de Francia, y declaró incluso defender a los españoles que habitaban el estado pirenaico. 

Escribía borradores de un "Boletín Oficial del Principado" en que recogía su agenda diaria y hacía crónicas de los actos que organizaba, tales como misas, recepciones, entrevistas, etc. Incluso llegó a redactar una constitución para "su país", de la que hizo diez mil copias que distribuyó entre personalidades españolas y francesas. En dicha constitución se contemplaba la construcción de un estado moderno, con libertades hasta entonces inexistentes, con abundantes inversiones extranjeras, reconocimiento como paraíso fiscal, libertad religiosa, educación universal, libertad de prensa, etc.

Atraídos por estas ideas, los miembros del Consejo General le pidieron su regreso, y el día 7 de julio de 1934 fue nombrado rey de Andorra con 23 votos a favor y sólo 1 en contra. Francia declaraba legítimo el nombramiento y reconocía el Gobierno Provisional de Andorra y la Constitución del Estado Libre de Andorra. Quienes antes lo rechazaron, ahora lo apoyaban, y quienes antes lo apoyaban... el obispo de Urgel se negó en redondo a aceptar la monarquía de Boris I, y llevó el caso al Consejo de Ministros de España.
Noticia de su detención en el periódico
La Voz, que recoge además, algunas
anécdotas antes de ser rey

El 21 de julio de 1934 cuatro guardias civiles con un sargento entraron en Andorra y se llevaron al monarca sin que nadie hiciera nada por evitarlo. En Barcelona fue juzgado aplicándosele la Ley de Vagos y Maleantes, y de allí fue trasladado a la cárcel Modelo de Madrid.

Así fue cómo tocó a su fin la monarquía andorrana, pero no así la vida de Boris Skósyrev, que a su salida de la cárcel fue expulsado a Portugal sin motivo aparente, y desde allí viajó por distintos países del Mediterráneo antes de regresar a Francia, donde, de nuevo sin motivo conocido, fue recluido a un campo de internamiento destinado a exiliados españoles durante la Guerra Civil, para, finalmente ser trasladado al campo de concentración de Rieucros, donde ya sí que se le pierde la pista.

  • 25/07/1934 Mundo Gráfico, nº 1186, Barcelona.
  • 25/07/1934 La Libertad, Madrid.
  • 25/07/1934 La Voz, Madrid.

Crónica del periódico La Libertad

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