De "ciencias puras" 3: El ídolo japonés caído

Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. 

Eso debió pensar Shinichi Fujimura, un arqueólogo japonés al que le crecían los fósiles y herramientas líticas como setas.


El arrepentimiento...


Este japonés, director del Instituto Paleolítico Tohoku, era conocido como "la mano de Dios". No en vano, tenía una suerte inmensa en su excavaciones. Participó en unas 180 excavaciones, en cada una de las cuales encontraba artefactos cada vez más antiguos. Salvo por ciertos carraspeos de algunos incrédulos geólogos y antropólogos, parece que el tema no llegaba a más. La palabra de este dios llegó al conocimiento oficial y se escribió en los libros.

Sus impacto en la vida japonesa no tenía fin:
  • Pasta vítrea de más de 10.000 años de antigüedad (la más antigua de Japón).
  • Ese descubrimiento impulsó su carrera. En cada yacimiento que excavaba continuó encontrando artefactos cada vez más antiguos.
  • Hallazgo de una colección de piezas de piedra y grandes agujeros que fueron señalados como posibles cimientos de estructuras. Ambos descubrimientos tendrían 600.000 años de antigüedad, convirtiéndose en una de las huellas más antiguas de la humanidad. Esto atrajo la atención internacional y aún más fama para Fujimura.
Pero Fujimura debería haber escuchado un par de consejos del buen Presidente Nixon. Claro que al pobre arqueólogo no se aplicaría la famosa frase del nasón: "Lo que intento decir, es que si lo hace el Presidente, entonces no es ilegal."
Y llegó la prensa. La maldita prensa que, a veces, entre cotilleo y cotilleo, también deciden afilar los machetes y destripar a alguien. En este caso le tocó al bueno de dios.


















Una periodista siguió al arqueólogo y realizó unas cuantas fotos que mostraban al académico en actitud poco honrosa. Las fotos no vieron la luz hasta que más tarde Fujimura publicó el descubrimiento de esas mismas piezas, alegando que eran de la de una antigüedad pasmosa.
Poco después Fujimura se derrumbó y dio una conferencia explicando todo el fraude y la falsificación de otros tantos descubrimientos.
¿Qué entraba en juego en este caso?
Prácticamente el orgullo de una nación, que había visto la presencia humana atrasada en el tiempo de los 30.000 a los 600.000 años.
La humillación de toda la base científica de la arqueología nipona, que resultó bastante dañada con esta catástrofe.
Y la salud de los implicados:
  • Pese a que Fujimura exculpó a sus allegados, uno de ellos, de 78 años, se suicidó tras ser señalado como cómplice.
  • Fujimura fue desacreditado e ingresó en un hospital psiquiátrico.

REFERENCIAS: 
  • http://paleorama.wordpress.com/2012/04/12/los-10-fraudes-mas-famosos-de-la-arqueologia/
  • http://elpais.com/diario/2006/02/19/eps/1140334013_850215.html
  • http://www.archaeologyexpert.co.uk/shinichifujiama.html

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